viernes, 14 de septiembre de 2012

Discapacidad y bonoloto...


Una de las cuestiones primeras... que plantean muchas de las personas a las que vas a explicar el hecho de por qué hay tantas dificultades con la dislexia es: "que deberíamos pedir la discapacidad".

La conclusión rápida suele ser, que teniendo una discapacidad tienes una llave maestra para todo. Para las becas, para estudiar en mejores condiciones, para sacarse el carnet de conducir... y un largo, etc.

En lo que habitualmente no cae el interlocutor es que la dislexia no es una discapacidad, y no lo digo yo, lo dice quien te tiene que firmar el papelito de discapacitado, es decir, la administración. En todo caso si por algún motivo fuésemos tan, tan discapacitados, y tuviésemos la "suerte" de tener además sordera, una pierna menos o la espalda hecha un cuatro, quizá, y digo quizá... no llegaríamos a ese puto porcentaje del 33% necesario para que nos consideren como discapacitado.


Hombre, podemos darnos de ostias con la administración para consequir que la dislexia sea considerada una discapacidad, pero, si tanto estamos recibiendo del Estado cuando pedimos justicia educativa, ¿qué nos darán cuando pidamos una discapadidad?

Por otro lado, si sólo tienes un 18, 20, o 23% de discapacidad, no tienes, nada de nada.

Además ya sabemos que con la crisis, las modas cambian, y conozco a bastantes personas que antes tenían una discapacidad y ahora se la han quitado. Putada, y putada gorda , y además te quedas con el cáncer, con un pecho menos, y sin la puñetera discapacidad. ¿Qué valoración de la discapacidad se hace hoy día?

Yo prefiero pedir una bonoloto, antes que una discapacidad. Esa sería la pregunta, ¿por qué no pedís una bonoloto...? Joder.

La cuestión es, al fin y al cabo, que lo que pedimos las personas con dislexia es que se nos trate de forma adecuada si, o si; que no haga falta un puto papel timbrado con tres copias para conseguir lo que cualquier personas, disléxica o normolectora (adisléxica), tiene derecho a conseguir, es decir, una educación en condiciones... y de eso habla la LOE, en el capítulo que tiene por título Equidad en la Educación.

A mi amigo Florencio no le hace falta ningún papel para hacernos ver que es discapacitado, lleva un bastón y le acompaña Lucas, su perro, pero además... en un accidente, perdió una de las piernas... ¿qué papel le hace falta al poblre Florencio?, lo que él quiere es que le toque la Primitiva y no un certificado de discapacidad.

¿A un disléxico qué papel le hace falta?, ¿un certificado médico firmado por "El Neuropediatra"? ¿No és eso suficiente?, ¿y los sin papeles que no tenemos la jodida "suerte" de estar debidamente diagnosticados?, tenemos que pasar por el tribunal para que nos den una patada en el culo y nos envíen a casa?


Eso de los sin papeles le pasó a Fernando, alumno ejemplar, trabajador y correcto que un día hizo un exámen por ordenador -cosas de la TI aplicadas a la docencia- para ver que tal andaba de conocimientos. La cosa estuvo en que él es daltónico y ¡coño!, no distinguía las imágenes de la pantalla. Inmediatamente llamamos al SS.II. (Sistemas de Información), para que cambiasen los códigos de colores del "marrón" aquel.



Fernando hoy es profesor, y no le hace falta que ningún alumno con algún tipo de problema le lleve un papel para hacer unas mínimas adaptaciones. La putada de fernado es que para conducir tiene que ver cual de las luces está encendida; la del medio, la de abajo o la de arriba.

Menuda mierda eso de la discapacidad si pensamos que es lo más adecuado. Ni con el estatu quo actual lo es.

Ojo, y atención al parche, no digo que a título personal cada cual haga lo que tenga que hacer, no es mi intención censurar a nadie, pero vamos, como sociedad, yo prefiero una sociedad que actúe correctamente ante cualquier tipo de necesidad o simplemente por atender a la diversidad, antes que aquella en la que la pena del 33% sea lo que mueve el mundo.

1 comentario:

Unknown dijo...

Genial artículo! Aunque lo ideal sería que se actuara, simplemente, con normalidad y sentido común...